Esta ultima semana fue una semana de viajar y despedir. El lunes fui a la ‘casa de los chicos’. Es una de las casas de Casa de Esperanza en cual solo vive chicos. Esta casa no está en la montaña, pero en el pueblo. Fui a comer con los chicos, son muy tranquilos y viven ahí con una pareja muy buena, son sus ‘padres’.
El miércoles fui a Coroico, la primera parte de la vuelta de mi viaje. En Coroico vive una chica que antes vivió en Casa de Esperanza, ahora está estudiando en Coroico. Cuando estuve trabajando en CDE, ella era una de mis amigas. Es una chica muy linda, aunque es huérfana tiene sus sueños y trabaja mucho para terminar sus estudios, es una buena estudiante.
Fuimos a comer y charlábamos sobre todo. Ella me dijo que aveces es difícil no tener familia, aveces se siente muy sola. Aveces siento un dolor muy fuerte por estas chicas tan bellas, pero tan solas. Tuvimos un buen tiempo juntos.
El jueves viajé a La Paz para estar un día más con mi ‘familia de La Paz’. Con esta familia me había quedado muchas veces más cuando estuve en La Paz. Es una familia muy hospitalaria.

El viernes por la mañana, muy temprano, tomé el avión a Bogotá. En Bogotá tenía que esperar 13 horas. En principio pensé: no sé como sobrevivir estas 13 horas, porque no me gusta esperar. Pero al final me estas horas me salieron muy bien: leí un libro, charlé con una familia por 2 horas o más, comé en un buen restaurante, fui de compras, charlé con más gente, dormí un poco..
Y así llegué el sábado por la tarde en Amsterdam! Otra vez Holanda, mi hogar!